P.M.
Tan vacío y tan desquiciado ahora me siento, pues la vida a mi me ha jugado un trastorno en mi desvelo, del despertar en cada mañana y encontrarme con siluetas y sombras que manejan en carreteras de abismos inciertos, sin paradas y sin luces para ver claramente el espejo. El espejo que refleja nuestra mente y nuestra imagen tan real, tan desconcertante y de un mundo paralelo siniestro, donde no conocemos nada e incluso a nosotros mismo en un sueño dentro de otro sueño.
No mires hacia atrás, pues tu mundo se desmoronará y tus lagrimas no serán más que rayaduras en un blindaje de la armadura de la muerte,